Triste recuerdo del Sr. Magallares. Nunca se olvida de esos 25 años que dice, y con mucha razón, le quemaron de su vida, por no saber que existían las prótesis que hoy lleva y que le alegraron la vida, sacándole de aquel sufrimiento, al no tener nada con que defenderse. Es demasiado lo que sufrió, tan largo tiempo. Lástima fue el no conocernos antes.
La vida algunas veces es muy injusta. Todo esto me hace recordar a esos niños y mayores que hay por el mundo también sin manos y que sufren como el Sr. Magallares, por no conocer las prótesis, ni tener quien les ayude. Siento pena porque estas prótesis podrían ser la solución de tantas personas que lo están pasando fatal, sin poder defenderse y hasta pasando hambre, en muchos casos.
Tanta riqueza, tantos millones como hay en manos de algunos humanos y no se preocupan de ayudar a sus semejantes. Yo, que he sido toda mi vida un trabajador, siempre ayudé con lo que pude. Unas veces con mecanismos y distintas piezas de mis prótesis y otras con ayuda a través de mi literatura en el blog.
En aquellos tiempos de joven y después de recuperarme de aquel terrible trauma que sufrí, y dándome cuenta de lo mucho que se sufre al verse sin las dos manos, ya empecé ayudar a la gente desinteresadamente. Contento de hacerlo para liberar a las personas de tanto dolor. Hay que valorar lo que supone el verse en una situación como esa y no tener ayuda.
Desgraciadamente, todos no tenemos la misma capacidad de recuperación. Dado que yo tuve la gran suerte de conseguir recuperarme, pensé que era mi deber el ayudar y enseñar, de lo que me siento muy agradecido, al contemplar que las personas vuelven a sentirse útiles y regresan a la normalidad. Eso ya justifica que es necesario el seguir ayudando, lo que haré mientras viva, porque llevo ese recuerdo en lo más profundo de miíser y no puedo pensar de otra forma.
Está muy claro que hay gente que nace con ese sentimiento de colaborar y de ayudar a la gente, y a mí me pasa lo mismo. Además de ser así desde niño, es posible que al sufrir ese trauma de la pérdida de las manos, se haya agudizado en mí ese sentido de colaborar y de ayudar.
No sería normal que después de pasar lo que pasé, me olvidara de los que sufren y necesitan ayuda. Sabiendo que mis prótesis pueden ser el remedio para liberar a algunas personas de ese tremendo trauma, al verse sin manos. ¿Cómo podría yo dormir si una persona me pide ayuda y no se la doy? Imposible de soportar. Así son las cosas y así las hay que decir.
Por eso recibo como recompensa de mis trabajos, un montón de correos, llenos de emoción y agradecimiento. Hasta hay personas que al leer y conocer mí historia, se emocionan y lloran.
Por ejemplo, el domingo pasado, día 4 de Diciembre, fui al mercado de Mieres, a recoger unos kilos de avellanes que una Señora y su marido de Grado, trajeron por encargo. Me saludaron con mucho afecto y me dijeron que habían leído en mi blog lo mucho que luché y sufrí. El marido dijo: “Arsenio, en casa hubo lágrimas al leer tu historia.”
-“Sí que llore de emoción” dijo la señora, “es una historia dura pero real, y mucho más, después de conocerle. Vive y trabaja con una naturalidad que impresiona, además de lo importante de su ayuda a otras personas que sufren”
Todas esas ovaciones y valoraciones, aunque sean algunas veces excesivas, me aportan alegría y me dan fuerzas para seguir ayudando. También hacen un poco más apacible la soledad que ciento, por la falta de mi esposa, porque su recuerdo siempre está conmigo. Mientras escribo y publico esos artículos que ayudan a las personas, me ayudan a mí también. Por eso hay un proverbio que dice, haz bien y no mires a quien.
En este mundo hay opiniones de todo tipo. Esta mañana cuando leía el periódico, sentado en uno de los bancos del paseo marítimo, me dijo un Sr. “¿Qué, Arsenio, todavía sigues trabajando?”
“Algo hay que hacer, es muy bueno para pasar el tiempo.”
“Yo prefiero pasar el tiempo sin hacer nada. Ya trabajé bastante. ¿Todavía te parece poco lo que trabajaste en tu dura vida?” me dijo. “Déjalo ya, cada uno que se las arregle como lo has hecho tú. ¿ porqué te molestas tanto?”.
“Lo siento, yo pienso de otra forma. Aunque tú no lo veas así, todos tenemos la obligación moral de ayudarnos los unos a los otros. Dices eso porque para ti la vida fue normal. No sabes lo que es el sufrir una desgracia de esa envergadura.”
Si hay una persona que no puede defenderse y yo la puedo ayudar, ¿cómo la voy a dejar abandonada, si se trata de un caso extremo, como es el de no tener manos?
Además hay un tema que está muy claro: todos necesitamos unos de otros, y eso ocurrirá mientras haya mundo.
“Te pongo un gran ejemplo: te invito a leer los comentarios del Sr. Magallares. Verás que el cambio en su vida ha sido total. Se encuentra como un niño de contento con su nueva prótesis. Y no solo cambió para él, que tanto lo necesitaba, también para su esposa y sus padres, que sufrían las consecuencias de ese trauma familiar. Supongo que después de conocer la alegría de esta familia, ya pensarás que es necesaria la ayuda ¿no? Pues casos como éste hay muchos más, por desgracia; a algunos de los cuales yo pude ayudar, y eso es para mí una de las cosas más importantes en la vida: ser útil para mí y para los demás.”
Para terminar aquella conversación que nada me gustó, por su fría forma de valorar las cosas le dije: “yo creo que debes meditar un poco más, sobre esas cosas tan serias. Es posible que si tuvieras un hijo en esas condiciones, pensaras de otra forma”.
Un cordial saludo
Arsenio Fernández
Son las 3:45 horas del domingo 4 diciembre de 2016. festividad de santa bárbara.
en algún lugar del tiempo creo que exactamente hoy se cumplen 62 años…
mi tragedia aconteció el 15 de febrero de 1991. NADA NI NADIE INFORMÓ A MI FAMILIA (ESPECIALMENTE A MIs sufridos padres) DE QUE EN ESPAÑA EXISTÍA D. ARSENIO FERNÁNDEZ GARCÍA: hombre ingenio, milagro, inventor, maestro. con dos cojones y más mérito todavía.
POR ENTONCES NO había INTERNET como ahora, NI BLOGS, ni redes sociales.
salí del hospital sin manos y sin rehabilitar. sin prótesis funcionales donde volver a aferrarme. lamentablemente por casualidad ó causalidad (que no es lo mismo) tuvo que transcurrir un cuarto de siglo hasta ENCONTRAR A LA PERSONA ADECUADA. qUÉ FELIZ EXPERIENCIA y qué gran putada (con perdón) no habernos conocido 25 años antes.
salud, maestro.
un abrazo de acero.
Notable trabajo del Sr. Magallares con su nueva prótesis
En poco más de un mes con su nueva prótesis, está consiguiendo muy buenos resultados, trabaja con afición en diversas prácticas y eso es lo que hay que hacer cada día, para ir aprendiendo a manejarlas y adaptar los brazos.
Al Sr. Magallares, le queda un duro camino que recorrer para conseguir trabajar con las prótesis, pero merece bien el sacrificio. Tanto como lo que supone el poder defenderse por sí solo, lo que muy pronto conseguirá.
Tan difícil es al principio, que por muchas explicaciones que se den, es imposible comprender lo que hay que sufrir para aprender a trabajar con las prótesis, y adaptar los brazos a la dureza de los aceros, aunque vayan forrados.
Hay momentos que uno se siente como perdido y sin fuerzas para seguir, desesperado por los dolores, las heridas, y el poco progreso que se ve al principio, y algunas veces pensando si ese suplicio será para toda la vida.
No se trata de un aprendizaje de días, sino de largo tiempo, y en función del aguante y resistencia de cada uno. Es tiempo de lucha, de aprender y aguantar, no hay otra cosa más que resistir y seguir adelante para vencer. No se puede dar uno por vencido, hay que combatir los inconvenientes y seguir. Si coges miedo y lo vas dejando para otro día, estás perdido ya que nunca levantarás cabeza. Hay que seguir día a día, curar las heridas, vendarlas y a seguir de nuevo. Hay que ser tan duro como el mismo acero, eso es lo que yo hice, no sentirme vencido, sino vencedor.
Es lo que tiene que hacer el Sr. Magallares, aguantar aunque tenga que sufrir por las heridas que con frecuencia se producen, hasta que con el tiempo, los brazos se hagan duros y resistentes.
Aunque le resulte muy duro, porque lo es, el Sr. Magallares, tiene una gran ventaja: que ya sabe a dónde puede llegar, por la experiencia que yo atravesé sin saber, ni conocer nada, y luchando con las pruebas y duros trabajos para diseñar y construir las prótesis que no existían. A parte de tener que trabajar para ganarme el pan de cada día, y estudiar para salir de la ignorancia en la que me encontraba, porque mi dura vida de trabajo y múltiples problemas, no me dejaron estudiar, aparte de la baja economía.
El Sr. Magallares ya tiene las prótesis listas para funcionar con ellas, además de asesoramiento y buenos materiales, que en aquel tiempo no había. Me volvía loco pensando que materiales podría encontrar. Además de muy caros, eran muy malos. Fue terrorífico lo que sufrí, pero llegó un día en que los problemas vencí.
Así que adelante amigo, y a seguir con ese ánimo que hace falta para un caso tan concreto como es el nuestro, por no tener manos.
Tienes la gran suerte de tener a tu buena esposa, que te ayuda con todo su cariño y ese amor que una buna mujer sabe dar al hombre. Eso levanta la moral, al más torpe, y da fuerzas para soportar los problemas que la vida nos presenta. Una gran prueba de lo que eso supone, es el progreso tan bueno que has hecho en poco tiempo. Imposible de conseguir tan rápido sin tu esposa y compañera de la vida.
El Sr. Magallares y su esposa, son personas muy agradecidas. Se encuentran muy contentos de lo que les cambio la vida con esa prótesis, que tanto le vale y que con ilusión trabajan los dos en equipo. La esposa, le ayuda en su rehabilitación y eso es importantísimo para progresar en su funcionamiento y no sufrir tanto. Es incalculable lo que le vale esa ayuda. Aparte de los masajes y el movimiento del cubito y radio que ella le hace, para adaptarlos, el cariño de su esposa, es funda mental, porque lo hace con amor a su marido y eso nada hay que lo iguale.
Solo se puede valorar esa tremenda ayuda, después de pasar por donde yo pase, trabajando solo en aquella triste habitación de la Clínica, en Madrid, y sin nadie que me conformara con ese cariño tan necesario, siempre, pero sobretodo en esos trágicos momentos de tanto sufrimiento, dolor y dura lucha.
Por mí propia experiencia bien conozco lo que supone ese cariño y ayuda de la esposa, la que me ayudo y me dio ánimos durante años. Hoy me encuentro solo, y lo más probable será que lo estaré hasta el final de mi vida y eso es difícil de soportar la soledad.
Los Sres. Magallares valoran aprecian mi trabajo, por construirle esa prótesis que les ayuda a resolver ese serio problema de poder defenderse, después de sufrir 25 años sin conocer que existía un remedio a su problema. Como él dice, lastima de nonos conocer muchos años antes, pero lo bueno es que llego su remedio y eso es lo importante.
Muchas gracias, vosotros estáis muy agradecidos por mi trabajo y yo por hacerlo. Porque es para mí una gran satisfacción el saber que puedo ayudar a las personas. Así fui toda la vida y lo hare hasta que pueda, no dudar en consultar lo que os haga falta.
Siempre estaré a vuestra disposición, no solo por la necesidad que pueda surgir de ayudar, también por la amistad que nos une
Un cordial saludo
Arsenio Fernández
JUANA MARÍA SANTILLÁN / jose luis magallares
1 aprobado
gorrufa@gmail.com
77.231.72.189
QUERIDO MAESTRO Y AMIGO D. ARSENIO:
SEPA QUE AQUÍ SIGO, ENGANCHADO A SU PRÓTESIS Y A SU BLOG. LAMENTANDO NO HABERNOS CONOCIDO ANTES ( MÁS JÓVENES AMBOS) TRAS AQUEL TERRIBLE VIERNES 15 DE FEBRERO DE 1991 COMO AQUEL SÁBADO 4 DE DICIEMBRE DE 1954 CUANDO VOLARON PARA SIEMPRE NUESTRAS cuatro MANOS DE UNA MANERA CASI CALCADA. QUÉ PUTADA (CON PERDÓN) NO EXISTIR ENTONCES INTERNET NI BLOGs. ni rastro de TESTIMONIOs GRÁFICOs ABSOLUTAMENTE REAL es donde aferrarse EN CASOS DE DOBLES AMPUTACIONES SUPERIORES. para las manos LA ÚNICA PRÓTESIS FUNCIONAL QUE HOY POR HOY EXISTE ES LA PINZA MECÁNICA DE ACERO DE nuestro INVENTOR ASTURIANO. y AUNQUE NO LO PAREZCA (EVITAMOS MOLESTARLE LO MENOS POSIBLE, d. arsenio) SEPA USTED Y SEPAN ELLOS QUE SIGO ECHÁNDOLE COJONES (con perdón otra vez) Y MANEJANDO su PRÓTESIS CADA VEZ MEJOR. DOMARLA NO ES TAREA FÁCIL y confieso que PARA CONDUCIR ME LA TENGO QUE QUITAR PUES el volante CARECE DE SU INGENIOSA ADAPTACIÓN Y YA HE TENIDO ALGÚN SUSTO POR SER EXTREMADAMENTE OSADO SIN DICHO ACOPLAMIENTO. PERO EN GENERAL LA UTILIZO DESDE QUE ME LEVANTO HASTA QUE ME ACUESTO A PESAR DE serias ROZADURAS QUE VAN SUPERÁNDOSE CON CREMAs EMOLIENTEs TIPO BEPANTHOL. VOLUNTAD, TESÓN, PERSEVERANCIA Y LA AYUDA FINAL ENFUNDANDO EL MUÑÓN. MASAJEArlo / LUBRICAr ZONAS de piel AFECTADAS HASTA QUE ENCALLEN y se hagan fuertes después de 25 años sin encaje. ECHO EN FALTA ALGUNAS REFORMAS QUE UNAS VECES SE SUPLEN CON INGENIO Y OTRAS NO TANTO. LAS POSIBILIDADES DE SU PRÓTESIS DE ACERO CON ROTACIÓN MECÁNICA SON (en definitiva) UNA BENDICIÓN y en cada acción surge el descubrimiento. ¿cual es el límite? ¡la imaginación! julio verne apostillaba que lo que alguien sea capaz de imaginar otr@s pueden hacerlo realidad. el ejemplo de d. arsenio fernández garcía demuestra con hechos esa profecía visionaria de julio verne. y aún NO me EXPLICO CÓMO SUJETAR UN PICO, DAR IMPULSO Y CAVAR CON ESTE SISTEMa. EL ASUNTO ESTÁ en no desfallecer y seguir ADAPTÁNDOME A la pinza. así ELLA TERMINARÁ POR ADAPTARSE A MÍ. NADIE DIJO QUE FUESE FÁCIl pero CON ESFUERZO suele aparecer la RECOMPENSA Y ésta SE La DEBO A MI GUÍA Y MAESTRO inventor D. ARSENIO FERNÁNDEZ. con tu puedo y mi quiero vamos juntos, compañero.
resuMEN DE LAS VIVENCIAS MÁS DESGARRADORAS QUE ESTA ENTRADA TRANSMITE AL LECTOR:
“…PERO DE REPENTE LLEGÓ LA SUERTE,
YA QUE ELADIO SUÁREZ LLANEZA, QUE LEJOS SE ENCONTRABA,
A TODA PRISA VINO PARA SALVARME,
CUANDO YA AGOTADO, POCO TIEMPO ME QUEDABA…”
“…AL POCO TIEMPO, A MI HERMANO CONSTANTE,
LA CORRIENTE DE UNA LOCOMOTORA,
DENTRO DE LA MINA LO MATÓ.
SIN DECIR MÁS QUE ¡¡¡HAY MADRE!!!
CARBONIZADO LO DEJÓ…”
“…A MI HERMANO DANIEL, LO RETIRARON A LOS 33 AÑOS,
Y MURIÓ A LOS 44.
SÓLO DURÓ 10 AÑOS DE SUFRIMIENTO Y DOLOR…”
“…PERO COMO LA DESGRACIA NO ME DEJÓ,
¡¡¡ A MI ESPOSA SE LLEVÓ!!!
DEJÁNDOME DE NUEVO INVADIDO DE PENA, TRISTEZA Y SOLEDAD,
COMO SI HUBIERA OTRA EXPLOSIÓN…”
“…CUANDO POR LAS MAÑANAS ME LEVANTO
Y ABRO LA VENTANA DE MI HABITACIÓN,
MIRO EL BONITO PAISAJE QUE TENGO DELANTE,
ESCUCHO EL RUGIR DE LAS AGUAS DEL BRAVO CANTÁBRICO,
Y CONTEMPLO TAMBIÉN EL VUELO Y ATERRIZAJE DE LAS AVES EN EL CAMPO,
AL RAYAR EL ALBA A COGER EL PRIMER ALIMENTO DEL DÍA.
VAN EN PAREJA Y CUIDANDO UNO DEL OTRO
CÓMO HACEMOS LOS HUMANOS.
YO ESTOY SOLO…”
“…CON SOLO 20 AÑOS LA DINAMITA POR SEGUNDA VEZ ME LA JUGÓ,
CORTÁNDOME LAS MANOS POR LAS MUÑECAS.
DESECHAS EN PEDAZOS DE CARNE Y HUESOS,
EN LA PRADERA LAS ESPARCIÓ A 250 METROS,
POR AQUELLA TREMENDA EXPLOSIÓN.”
—————————————————————————————————————–
HABIENDO LEÍDO LO QUE HEMOS LEIDO UN@ SE PREGUNTA POR QUÉ.
TOMANDO PRESTADAS LAS PALABRAS DEL PREMIO PRÍNCIPE DE ASTURIAS DE LAS LETRAS EN 1981 HAGO UN LLAMAMIENTO A TOD@S L@S LECTOR@S DE ESTE BLOG PARA QUE SE PROPONGA COMO ASTURIANO UNIVERSAL AL INVENTOR D. ARSENIO FERNÁNDEZ GARCÍA, DEDICÁNDOLE ESTE POEMA ANTE TANTO PADECIMIENTO SIN RESPUESTA. ¿POR QUÉ YO? ¿POR QUÉ A MI?
TÍTULO DEL POEMA: LAS NUBES.
AUTOR: JOSÉ HIERRO.
INÚTILMENTE INTERROGAS.
TUS OJOS MIRAN AL CIELO.
BUSCAS, DETRÁS DE LAS NUBES,
HUELLAS QUE SE LLEVÓ EL VIENTO.
BUSCAS LAS MANOS CALIENTES,
LOS ROSTROS DE LOS QUE FUERON,
EL CÍRCULO DONDE YERRAN
TOCANDO SUS INSTRUMENTOS.
NUBES QUE ERAN RITMO, CANTO
SIN FINAL Y SIN COMIENZO,
CAMPANAS DE ESPUMAS PÁLIDAS
VOLTEANDO SU SECRETO,
PALMAS DE MÁRMOL, CRIATURAS
GIRANDO AL COMPÁS DEL TIEMPO,
IMITÁNDOLE A LA VIDA
SU PERPETUO MOVIMIENTO.
INÚTILMENTE INTERROGAS
DESDE TUS PÁRPADOS CIEGOS.
¿QUÉ HACES MIRANDO A LAS NUBES,
JOSÉ HIERRO?
UN ABRAZO PARA TOD@S
“…Y DESPUÉS DE TODO LO OCURRIDO EN MI DURA HISTORIA,
AQUÍ ESTOY CON MUCHAS GANAS DE VIVIR, PARA ACOMPAÑAR
POR LA VIDA…”
¡GRANDE D. ARSENIO!
El Dr. Don Vicente Vallina García, en una de sus visitas me dijo:
–Arsenio, ya estás curado, puedes irte a casa cuando quieras.
A pesar de haber pasado sólo ocho días, mis brazos estaban perfectamente curados. Al hacer la amputación por lo sano y por la muñeca, lo cosieron muy bien y se curó rápido. Esto fue una faceta más de mi suerte, el curar muy bien.
De no ser así, mi vida laboral se habría resentido bastante pues fueron muchas las heridas que sufrí en los trabajos con “mis manos de acero” y que mi esposa me las curaba para volver al trabajo de nuevo.
Con mucha pena le dije: D. Vicente, si me pudiera quedar hasta salir para Madrid sería mejor. No me gusta ir a mi casa porque tengo miedo a que le pase algo a mi madre. Padece del corazón y puede ser peligroso verme sin manos.
- Vicente Vallina, tan atento como siempre, y poniéndome su mano sobre mi hombro, dijo:
–Puedes estar aquí el tiempo que quieras, me parece muy importante lo que piensas, Arsenio, es normal que no quieras ir a tu casa hasta que te pongan las manos. Tu madre ya no sufrirá tanto.
Le di las gracias y le recordé que, si podía, agilizara los trámites para ir a Madrid lo antes posible, porque tenía muchas ganas de conocer las manos que nos iban a poner y de comenzar la rehabilitación. Dijo que sería pronto y, después de saludarnos, se marchó.
Mi madre en casa no cesaba en decir que quería ver a su hijo, que cualquier día me marcharía a Madrid, y sólo Dios sabría lo que le pasaría, ni cuándo volvería a casa, que tenía que verme antes de marcharme, repetía con frecuencia.
Así fue, el día de Navidad no aguantó más y, en un taxi, mi padre la acompañó. Mi madre siempre les decía “no pasa nada, ya sé que mi hijo no tiene manos, seré fuerte y no lloraré delante de él”. En efecto, era mujer muy fuerte. Toda su vida lo fue. Una tarde soleada de Navidad y cuando menos me lo esperaba entró en la habitación seguida de mi padre. Valiente y con su sonrisa me abrazó. No le cayó ni una lágrima. A mí, tampoco. Quise ponerme fuerte y mostrarme tranquilo, como si no pasara nada. Charlamos de todo menos de lo que sucedía realmente. Los dos parecíamos estar ausentes de lo que por dentro sentíamos. Lo mismo su corazón, el de mi padre y el mío, por dentro sangraban machacados por el dolor y sufrimiento del momento. Fue demasiado pero lo soportamos en silencio para no poner peor las cosas. El cariño de los padres, y sobre todo en ese tiempo, fue inmenso. Siempre estábamos juntos en aquella casa donde me criaron y donde me, dieron su calor. Siempre vivimos unidos como una piña toda la vida. Nada hay tan eficaz, como esa lucha, esa fortaleza y ese cariño que te dan. Son el mejor tónico para darte ánimos para poder continuar, seguir con ellos unidos como siempre aquí en este mundo que a veces es tan duro.
Estoy seguro de que ese cariño y esa convivencia familiar fue la que me dio fuerzas para seguir mi camino como un ciudadano más. Es muy importante creer en los tuyos, es una de las formas de coger fuerzas para luchar contra las adversidades. Nunca serví para la soledad, el cariño de la familia y el respeto es fundamental. Una de las cosas más importantes en la vida es que permanezca esa unión, y esa es mi mayor fortaleza. Me cobijé en el cariño de ellos y en el trabajo; fueron mi solución. De no ser así no lo hubiera soportado, hubiera compartido la opinión de mi compañero Alejandro y los dos nos habríamos tirado al tren.
Los primeros años fueron demasiado duros, los inconvenientes eran múltiples y el sufrimiento permanente. Por eso no me canso de decir que hay que saber estar, saber aguantar y saber apreciar el mérito de los demás. La vida en solitario creo que no tiene sentido, que está como vacía, no tiene forma, es demasiado fría. Hay que lucharla en equipo, hay que ayudarse mutuamente, y cada uno con sus fuerzas y en el lugar que le corresponda.
Al poco tiempo de estar juntos mi madre me dijo:
–Bueno, hijo, ya estoy aquí, no pasó nada, ya estarás más tranquilo y regresarás a casa con nosotros hoy ¿verdad?
–Sí, madre, voy a casa hasta que llegue la hora de ir a Madrid. Espero que sea pronto, tengo muchas ganas de comenzar mi nueva vida en rehabilitación.
Al momento ya quiso que nos fuéramos. Nos despedimos de Alejandro que se quedaba allí hasta salir para Madrid. Iríamos juntos, nuestra marcha se retrasaría hasta el 23 de febrero.
Aquellos días, hasta que salí de casa, fueron unos de los peores de mi vida. Todo era distinto, todos iban a trabajar y yo no. Se me hacía muy largo el tiempo sin hacer nada. No tenía ganas de leer, ni de caminar, me encontraba muy mal. Y luego con el problema de que al estar mi padre y mis hermanos en el trabajo yo no tenía a nadie para que me ayudara en mis necesidades. Aguantaba, algunas veces hasta que un día me oriné por ya no poder más. Nunca me atreví a pedir ayuda a mi madre ni a mis hermanas. Días hubo que me vi muy apurado, y salía por el pueblo para ver si me encontraba algún amigo que pudiera ayudarme. Era de terror lo que sufría, no sólo por los dolores que se producían después de mucho tiempo aguantando, también por la vergüenza que pasaba. Sólo me atrevía con los compañeros de la mina porque estábamos acostumbrados a ducharnos en la casa de aseo. Allí, todo el relevo de unos 300 hombres iba desnudo desde la percha a la ducha. Esta costumbre era la que me daba fuerzas para pedir a mis amigos que me ayudaran. La mayoría del tiempo el pueblo está solo, sin hombres, porque todos estaban en el trabajo. Sólo había mujeres. Una mañana eran las doce, paseaba por los caminos en solitario y sin poder orinar, ya no podía más, hasta me producía dolor, cuando me encuentro con Justo Arienza, el panadero, que más tarde sería un gran fotógrafo, y él me ayudó. Me libró de aquel sufrimiento, al igual que muchas veces otros más. Aún me quedaban muchos años de larga lucha y duros esfuerzos.
Y llegó el día en el que tenía que partir hacia Madrid para iniciar la rehabilitación.
Aquel día, como otros muchos más, permanece vivo en mi mente. Me iba a Madrid para ingresar en la clínica y comenzar mi rehabilitación. Tenía veinte años, nunca había salido de mi zona y en mi primer viaje lo hacía en aquella penosa situación, obligado por la necesidad. Me acompañaba mi hermano Constante, que lo mismo que todos iba desolado y en silencio.
Al describir este pasaje de mi vida, me parece que aún estoy viendo a mis padres mirándome mientras me alejaba de ellos. Aguanté y no lloré. Mis padres no lo pudieron remediar, los dos lloraron como niños. Yo aguanté hasta que salí al camino. Al perderles de vista, y mirando a la casa, ya no pude soportarlo. A medida que me alejaba miré hacia atrás de nuevo, sentía dejar a mis padres y hermanos. Iba para un mundo desconocido para mí. Me parecía como si fuera a embarcar hacia el fin del mundo. No tenía miedo, sólo sentía una pena tan grande al separarme de mis padres que casi no era ni a caminar. No veía ni el camino, y cuando ya no divisaba la casa miraba hacia el valle, lo consideraba como mío. Me dolía abandonar mi tierra y dejar a mi familia, sin saber cuándo regresaría con ellos. ¡Cuánto sufrieron mis padres! ¡Cuánto pasaron los pobrecillos! ¡Cuánto pasaron por mí! Toda su vida les resulto muy dura
Vista del valle donde nací y me crie, aunque poco se ve por estar situado detrás de los arboles. Se ve la bonita vega y la casa de mis padres. 486 metros de altura.
Ala izquierda y a lado del árbol nace una pequeña cordillera que va a enlazar con la del cordal, que nace en La Corcia va hasta La Collaona de Cabañaquinta, pasando por el pico tres Concejos.
Comentarios