No lloréis padres míos,
no lloréis la perdida de mis manos,
las fuerzas que vos me disteis las heridas me han curado.
Qué grande eres madre, que al partir para el cielo,
pronto te siguió mi padre,
Que siempre te quiso mucho
y vivir sin tu cariño le era insoportable
Seguro que allá en el cielo, los dos estaréis juntos,
amándoos como siempre, inseparables.
Nosotros acá en la tierra, siempre con vuestro recuerdo,
y añorando vuestra ausencia, que muy larga se nos hace,
velando por nuestros hijos y nietos,
hasta que las fuerzas nos fallen.
Qué pena siento padres míos, cuando despierto y no estáis,
por mucho que os espero nunca regresáis.
Después que pasa el tiempo, me tengo que conformar,
pensando me quedo que un día, os tengo que acompañar.
Tan pronto al cielo os fuisteis, que a vuestros biznietos, nunca los conocisteis.
Este recuerdo a mis padres, para mis nietos será,
para que junto con sus fotografías nunca les puedan olvidar.
porque vuestros bisabuelos desde allá arriban en el cielo siempre os contemplarán.
Acabáis de contemplar a vuestros bisabuelos Arsenio y Mercedes, mis padres, con mi hermano Constante, y yo en sus brazos, cuando éramos niños.
Constante, murió en accidente de trabajo, en la mina cuando solo tenia 27 años, casado y con 2 hijos pequeñitos. La mina lo llevó el 29 de junio de 1.964.
Aquí podéis ver, el corte de pelo de aquella fecha, con nuestra escarapela. Mi padre hacía de barbero
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