Este pequeño escrito para mis Nietos, os mostrara algo importante, para que os preparéis antes de ir a un examen. Leerlo con paciencia y sacarle bien el significado de las cosas, porque también sirven para otras cosas en la vida real.
Está demostrado que el miedo nos resta muchas posibilidades ante los peligros de la vida. En el trabajo, en carretera conduciendo, o por diversas cosas más. Desde luego que el miedo lo mismo que el dolor son tan necesarios como la vida propia, porque sin estos no podríamos vivir, ya que son los que nos avisan del peligro.
Por ejemplo a no quemarnos, o a no ir a un precipicio. Pero sobre todo cuando nos ponemos delante de lo que llamamos un personaje para los exámenes o para cualquier tipo de entrevistas. Por eso hay que procurar preparase antes de cada examen y pensar que uno no tiene porqué cambiar su personalidad ante nadie, porque no eres menos que los demás. Los profesores, profesoras, o médicos y médicas, lo que sea, hay que respetarlos, eso está bien claro, pero sin tenerles miedo porque no son de otra galaxia, son personas como nosotros, con carrera o sin ella. Ellos pasaron por lo mismo, y si tu sabes enfocarte la vida vas a ser como ellos mejor o peor, depende de tu tesón, de tu lucha.
No te olvides que la inteligencia no está monopolizada, ni se compra ni se vende. La tuya puede ser excelente, mejor o peor que otra persona. El tema está en saber aprovechar la tuya al máximo. Y eso se consigue si te lo propones, con más tiempo o con menos pero salen las cosas. La paciencia y la fuerza de voluntad mueven montañas. Arquímedes dijo: darme un apoyo y moveré el mundo. Yo digo: darme paciencia y tiempo y lo conseguiré. Y eso es justo lo que hice y por eso llegue a donde estoy. ¿Qué sería de mí, sin lucha y esa paciencia que tuve, además del duro trabajo?
Hay proverbios muy curiosos que nos enseñan muchas cosas. Por ejemplo: el sabio, nunca dice todo lo que sabe, y el tonto nunca sabe lo que dice. No mires para la cabeza del perro si le vas a cortar el rabo. Así es, hay que poner al máximo la atención en las cosas.
Otro tema importante es el pensar que tú vas hacer las cosas como sabes, porque luchaste para ello, y si no te sale bien de la primera saldrán de la segunda. Ese razonamiento y esa tranquilidad, es lo que nos lleva al realismo, a vencer y a sentirte con esa paz interior que todos necesitamos para luchar la vida y vivir con dinamismo. ¿Hay otro que dice: qué locura o desatino me lleva a contar las ajenas faltas, teniendo tanto que decir de las mías? Esto nos enseña a dejar a un lado las cosas que no nos incumben. El que bien resuelve sus problemas, bien lo hace, que ya es mucho.
Todo esto que os describo, me ha pasado a mí, pero (ojo con esto). Porque yo estaba como un venado, sin ninguna cultura ni mundo para saber defenderme. Un pobre aldeano que no iba más lejos que las gallinas de mi pueblo y analfabeto que solo sabía trabajar. Con todo esto y encima del inmenso trauma que me acompañó. Luego me di cuenta de que yo tonto no era y que podía luchar como los demás aunque sin manos, pero con agallas. Luché para salir de la ignorancia en la que me encontraba, pensando que no había más mundo que el que me rodeaba. Vosotros ya tenéis una base, otra cultura que es muy importante. Aparte de unos padres que saben ayudaros cuando tenéis una duda. Los míos con la mejor voluntad del mundo, me enseñaron lo que sabían, a trabajar. A los veinte años, sin manos, sin cultura y sin dinero, pero con unas agallas de acero para luchar. Lo que fue mi salvación para llegar a ser otro hombre nuevo, completamente distinto. El porqué de este cambio, lo tenéis bien claro, la cultura y el medio al que pasé a vivir, y el despertar de la inopia en la que me encontraba en aquella aldea donde nací y me crié sin conocer mas mundo.
Ese razonamiento que es tan real, y el estar seguro de cumplir, de trabajar y de hacer lo que me correspondía, es el que me llevo por otros derroteros muy distintos de los que yo conocía.
El cumplimiento del deber, es el que te da fuerzas para competir en la vida. Aquí donde me veis no tengo ningún problema para dar una charla ante quien sea. Por dos razones muy claras. Porque sé hablar, porque voy con la verdad por delante y eso nada ni nadie lo puede combatir. Hablé con ministros, con directores de grandes empresas, directores de hospitales, médicos, ingenieros. Me llevaron a congresos, y a dar charlas a gente, a dar clase a mis compañeros. Fundé una empresa, diseñé y fabriqué diversas máquinas. Fundé la asociación de ganaderos porcicultores Asturianos. Di charlas en la casa sindical de Oviedo a todos los ganaderos durante tres años. Hasta tuve que dar una charla a personal médico y de enfermería reunidos en el ambulatorio de Sotrondio, a las que siempre me acompañaba vuestra abuelita, la que tanto echo de menos. Siempre iba conmigo muy contenta, pero pronto me la quitaron, para quedarme tan solo. Así mismo me invitaron a dar charlas de abonados químicos por las praderas y tierras de sembrado y también nutrición animal por distintos concejos Asturianos.
Daros cuenta por lo que tuvo que pasar vuestro abuelo. Tuve que asumir duros y serios problemas porque la vida es así de dura. Por eso os pido que no claudiquéis, que seáis valientes porque algo llevaréis de mis energías que de algo os han de servir.
Bien probado está, que hay hombres o mujeres por el mundo, que sin carrera ni pasearse por grandes salones, hicieron cosas muy importantes. Poniendo su inteligencia y las ganas de trabajar al máximo, pero triunfaron. Aunque de esa calase salieron pocos porque sin carrera ni conocimientos es difícil triunfar.
Vosotros tenéis los medios necesarios para superar a vuestros progenitores, si os lo proponéis y estudiáis como corresponde a un buen alumno. Otros muchos detalles son el duro trabajo de mi lucha en la invención y montaje de las prótesis que hacen de mis manos. Sin éstas mi vida sería una ruina. Daros cuenta que no hubiera podido formar el hogar que formamos vuestra abuelita y yo. por lo tanto no hubiera podido ser vuestro abuelo, ya que en aquellas condiciones no podía ganarme el pan ni para mí, cuanto más para una familia. Además de hacer singulares máquinas que conocéis y que tuve que abordar sin descanso para liberarme de aquella inutilidad que me privaba de casi todo, porque me sentía tan mal que ni podía comer, ni trabajar claro. Mi vida estaba como vacía y sin sentido, hasta que espabilé. Nunca os tenéis que olvidar de esto que con mucho cariño escribo para vosotros, pensando que en algo os podrá ayudar, para que seáis valientes y no os dejéis dominar por los problemas que la vida día nos va presentando, hay que combatirlos con energía.y evitar esos nervios que se presentan sin razón. En esos momentos lo mejor es cogen un buen libro y leer para evitalos.
Los estudios la literatura y estas pruebas por las que un hombre tiene que atravesar, siempre serán temas culturales importantísimos. Yo así lo creo, y espero que vosotros también. Daros cuenta que a pesar de aquella escasa cultura y sin ni manos ni carrera ni título ninguno, termine escribiendo libros aunque ni yo me lo pude imaginar. Así que a luchar por vuestra vida que no sólo va a ser para vosotros, sino para vuestros hijos que se sentirán orgullosos, al saber educarlos como lo hacen vuestros padres. Tiene que seguir por dinastía, ese arte, esa capacidad que no se debe perder del árbol de vuestra familia. Daros cuenta que vuestros padres, vuestros primos, todos tienen una carrera. Vosotros también la tendréis si os lo proponéis. El único que no la tiene soy yo, por eso tuve que estudiar después de retirarme porque antes no pude por tanto trabajo.
Muchas veces cuando somos jóvenes ignoramos muchas cosas y nos creemos los más y los mejores, muy valientes. Sin darnos cuenta de lo vulnerables y débiles que somos los humanos. Describo este pasaje, porque después de una vida llena de obstáculos, varios accidentes de trabajo, operaciones, enterrado en la mina, y combatir hasta la pérdida de las manos, fue mucho lo que lo que tuve que sufrir y luchar. Y por si todo esto fuera poco perdí a mi esposa, se murió siendo tan joven. Eso me dejo como fuera de combate al principio, pero tuve que reponer mis fuerzas y seguir. Ahí tenéis con qué facilidad se trunca la vida de las personas por la pérdida de un ser querido. Por eso os digo que la convivencia familiar es importantísima. Hay que mantenerla siempre, porque es fundamental. Sin el carriño de la familia y esa hermosa convivencia, la vida pierde sentido, la soledad es terrorífica, es como si uno perdiera media vida.
Esta mañana cuando a las once iba a buscar el periódico y dar un paseo, iba una señora anciana con muletas acompañada por un individuo de unos 45 años más o menos. La anciana le hablaba a otra señora que se encontraba un poco lejos, y ésta no la oía bien. El individuo le dijo gritándole a la que seguramente sería su madre, “no le hables desde lejos, espera a llegar más cerca, siempre haces lo mismo”. Bueno, que con pocas palabras le echó una bronca que dejó a la pobre señora en silencio. Y todo esto con un temperamento más duro que si tratara con un animal. Me dio pena, no sé de dónde son, pero lo que si tenemos que tener claro es tratar bien a todo el mundo, pero sobre todo a los ancianos, sean de nuestra familia o no.
Hay un dicho de un hijo que fue muy malo con su padre. Un día de los muchos que lo maltrató, lo arrastró por el camino y cuando llegaban a un punto, el padre dijo a su hijo: no me lleves más allá porque hasta aquí arrastré yo a tu abuelo. Eso es lo que no puede ocurrir, hay que ser personas cariñosas y enseñar al que no sabe. Todavía hay ancianos que solos se mueren abandonados como los pajarillos en el bosque.
No os olvidéis de aquella madre pajarito, que murió carbonizada en la base de un árbol para salvar del fuego a sus tres polluelos. Cuando uno de los guardabosques que iba apagar un incendio vio un pajarillo carbonizado en la base de un árbol, le dio dos golpecitos con su vara y vio como salía debajo de las alas de su madre tres polluelos que la madre tapó. Esta madre pudo volar a las alturas y salvarse pero quiso morir para que sus hijos vivieran. Así son las madres, sean animales o humanas, lo que nos explica una de las buenas facetas de la vida.
Aunque algunas veces los estudios sean un poco duros no os deis por vencidos, hay que pensar que lo que hace una persona lo pude hacer la otra, aunque sea con diferencia de tiempo pero saldrá, claro que sí.
Yo pienso que no existen los súper hombres pero sí creo en las grandes diferencias tan notables que hay en la vida de unos a otros, precisamente por esas ganas de trabajar de lucha y de superación. Lo que tengo muy claro es que para el vago y perezoso no hay nada, porque nadie regala nada y menos la inteligencia y las ganas de trabajar. Así razono las cosas porque no hay otra fórmula mágica para los milagros. Está muy claro que nadie va hacer lo que a ti te corresponde. A luchar, amigos, por vuestro porvenir. Sin duda podréis llegar a ser esos personajes que hoy os imponen tanto respeto.
Recuerdo con mucha frecuencia algunas de las palabras de Alejandro, aquel chico que también perdió las dos manos y un ojo. Después de haber actuado en las demostraciones, en las que yo enseñaba a manejar las prótesis, cosa que tuve que hacer muchas veces y sobre todo en aquella ocasión en que trabajamos en una película rodada en Madrid, en la que vuestra abuelita salió con migo en la película. Una tarde al terminar, Alejandro le dijo a vuestra abuela: ¿Tú viste la serenidad de este hombre, que cuanto más publico hay mejor le salen las cosas, mientras que a mí todo me sale mal? No sé cómo se arregla pero a él todo le sale bien.
En este párrafo si os fijáis bien en él, os dice claramente la razón del tema. Me salen bien las cosas por dos razones muy claras. La primera por haber aprovechado al máximo el tiempo de mi rehabilitación y saber trabajar. La segunda por ir mentalizado a donde iba a trabajar, aunque fuera ante un gran público. Si cierto es que al principio impone respeto y nervios, después es cosa de planteárselo. Tú vas hacer una demostración que te piden porque es necesaria para otra gente y eso te relaja, por eso de ir a ayudar en lo que puedes. Todo esto tiene mucho que ver con vuestros exámenes. Hay que presentarse con serenidad, porque vais a mostrar lo que sabéis por vuestro propio bien, algo normal. Hay que hacerlos como los exámenes de rutina, en la misma clase sin nervios ni gaitas.
Alejandro no podía trabajar con aquella facilidad porque nunca le dio importancia al período de su rehabilitación y no supo cogerle el tranquillo por su baja moral. El accidente le produjo tanto daño que su cerebro no pudo reponerse nunca más. Le destrozó la vida por completo, se ponía nervioso porque lo tenía muy claro, no podía más. Fue más fuerte el dolor por la pérdida de sus manos, que su propia voluntad. Es aquí donde hay un gran motivo para la reflexión, hay que pensárselo muy bien antes de actuar, para no claudicar y no ser hombre al agua. Una vida que se perdió en el abismo y sin que nadie lo pudiera remediar.
Alejandro no podía presentar los trabajos como yo porque no aprendió a trabajar en su momento y el sabía que no podía, por eso se ponía más nervioso. En cambio yo estaba seguro de poder hacerlo como tenía que ser porque tenía una gran formación. Desde el primer momento de mi rehabilitación trabaje con afición, pensando que un día me podría defender por mi solo.
Nuestra rehabilitación era por las mañanas en ortopedia, pero yo trabajaba todas las tardes solo en mi habitación por lo que aprovechaba al máximo el tiempo. Mientras que los demás pasaban el tiempo por la sala de estar o en la terraza, pero sin preocuparse del trabajo. Alejandro se acercaba alguna vez a mi habitación y me decía. No trabajes tanto Arsenio que no te van a pagar las horas extras y se marchaba. Lo decía ignorando lo que aquello iba suponer mas tarde en mi formación, que fue lo que me sirvió para poder trabajar y ser libra como los demás. Esa es la gran diferencia de los resultados. El premio al que lucha y trabaja.
Se dice que Theodor Bichoff, famoso anatomista Aleman del XlX después de muchos años investigando el cerebro humano, llego a la conclusión de que el hombre era superior a la mujer porque su cerebro pesaba más. El cerebro del hombre tenía una media de 1,35 kg. Y el de la mujer 1,25.
Cuando murió su cerebro fue donado a la investigación y peso 1,24 kg. A pesar de su inteligencia se equivoco. La mujer es tan inteligente como el hombre, eso ya no hay quien lo cambie, lo que nos dice que hasta el sabio se puede equivocar. Por eso es necesario fijarse mucho antes de hacer las cosas, para no fallar.
Espero que la historia de vuestro abuelo os sirva para reflexionar lo mucho que se puede hacer por uno mismo y por los demás claro, porque todos necesitamos unos de otros. El mundo en solitario es terrorífico y sin sentido. Aquí sí que tenéis donde copiar, por eso os digo que a luchar porque venceréis si os lo proponéis. A pesar de tanta lucha y tantos inconvenientes, vuestro abuelo llegó a tenerlo todo, una buena esposa, unos buenos hijos y nietos, buena salud y muchas ganas de trabajar. ¿Qué me faltaba a mí si vuestra abuelita viviera? Nada, por eso os digo que la unión de la familia es sagrada. Hay que respetar a los demás y saber perder algunas veces para ganar otras porque así es la vida.
Un fuerte abrazo para todos de vuestro abuelo.
Arsenio
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