Llegó la prueba del lunes. Allí estaba, entre todos, el que me había pedido meter su material en nuestra máquina. Mando que trajeran las latas del producto que él tenía en su Landa Rever.
Nuestro personal empezó a trabajar con la mezcla de aquel material que él tanto temía. Una cuba de esta capacidad, llevaba 5.000 litros, agua, abono químico, celulosa, paja molida, varias clases de semillas, abono y pegamento. El preparar una cuba llevaba aproximadamente media hora. Mientas que pasaba el tiempo no dejo de hablar del problema y discrepando como siempre, a pesar de asegurarle que no pasaría nada. Cando la cuba estaba lista para sembrar, uno de los chavales me dijo, Arsenio, ¿todo está en orden podemos empezar? .Adelante con esa prueba. Ya tenían las mangueras extendidas por todo el recorrido. Antes de dar comienzo a esta prueba, que tan importante iba ser para nosotros, pues allí se iban despejar muchas dudas, les dije:
-Que conste en acta, que el tiempo de expulsión será de 14 a 15 minutos y que la pendiente es de unos cuarenta grados.
-¿Qué tiene que ver la pendiente con el tiempo?-preguntó aquel. ¿Qué más da sembrar para un lado que para otro?
-Hombre, parece mentira que tú como encargado de la hidrosiembra, no conozcas el motivo. En la siembra hacia arriba no se producen atascos en las mangueras, mientras que con una pendiente como ésta, si no se toman algunas precauciones, son muchos los atascos en una sola cuba y la pérdida de tiempo es muy elevada. Algunas veces hasta hay que meter las mangueras debajo de las ruedas del camión, para poder desatascarlas por la dureza de la presión. El material enseguida fragua y queda tan duro que no se puede sacar. Los atascamientos surgen en las pendientes, cuando se cierran las llaves para cambiar de lugar, al ir avanzando. Al volver a abrir la presión limpia con fuerza la papilla que se queda pegada en toda la manguera. La envía como un cañonazo, produciendo el atasco. Para evitarlo solo hay un remedio: quitar la boquilla para que salga el tapón, y se pone de nuevo para seguir hasta que se vuelva a parar. Este problema no surge cuando se siembra para arriba, porque la presión es la propia de la máquina, se mantiene estable y trabaja con normalidad. Tampoco surge si la cuba lo expulsa sin parar, pero eso es muy difícil, porque todos sabemos que cuando hay una cuba completa hay que parar para cambiar las mangueras y desplazarla. No se puede sembrar toda de una vez, excepto que sea con el cañón y en lugares apropiados.
Se miraron los relojes y dio comienzo. Este hombre, que tenía unas ganas enormes de demostrar que él tenía la razón y seguro que estaría nervioso, permaneció todo el tiempo a mi lado. En un momento, al ver que no había presión, dijo con mucha energía.
-Arsenio, tu máquina también mea como las nuestras.
-¿Qué va mear? Es porque están purgando ¿No te lo acabo de explicar hace un momento? Ya no va mear, le van a colocar la boquilla.
En efecto, el chaval balanceó su brazo derecho para avisar a su compañero, que manejaba la máquina, para que abriera la presión. En ese momento se terminaron las esperanzas del que quería ganar la batalla. En los catorce minutos anunciados, ni uno más ni menos, se sembraron los 5000 litros., y con la misma facilidad de siempre, allí quedó bien clara la categoría de nuestra máquina, que por algún tiempo había sido despreciada, solo por el hecho de encontrarnos con un desalmado y mala persona que la puso como el garbancito negro ante los jefes.
Casi siempre la verdad sale a relucir, tarde o temprano, para la alegría de unos y desesperación de otros, que intentan disfrazar la verdad y pisotear a quien cumple y trabaja con honradez, metiéndose en problemas que muchas veces buscan y más tarde sufren por su propia maldad. Así es algunas veces de dura es la vida del trabajo, unas veces por lo propios problemas que este mismos genera, y otras por la maldad de alguno que se viste como los humanos, pero que es más animal que los de cuatro patas y sin más motivo que el de la maldita envidia, o sabe Dios por qué.
Ni esos tienen derecho a esos desprecios, ni tampoco los que dicen que soy una eminencia, o un héroe. Ni lo uno ni lo otro. Ni tal eminencia ni ningún héroe. Solo un hombre con ganas de trabajar y luchar, para superar el grave problema que es el perder las manos. Trabajo y lagrimas me costo, salir adelante. Es imposible describir con palabras, tanta lucha, tanto esfuerzo. Ni yo me lo creo algunas veces de cómo aguante tanto para llegar a mi meta, que fue la de poder defenderme con mi propio esfuerzo. Así fue y así lo hay que decir, para mostrar lo que una persona puede soportar muchas veces por la vida, si se lo propone.
La más acertada en todo esto, fue la periodista Arancha, cuando dijo en el reportaje de España directo el 7 de Noviembre, que filmaron trabajando en mi taller. Cuando dijo: la vida de Arsenio, no es la vida de un hombre sin manos, sino la de un trabajador incansable. Eso sí que es cierto, esa chica con su inteligencia, en poco tiempo de observarme como trabajaba, pronto se dio cuenta de cómo eran las cosas real mente, porque hizo un reportaje serio, y real mente como es. Por eso le agradecí mucho ese realismo con el que trabaja, y no solo en mi presentación. También en otros reportajes que hace con esa sabiduría y profesional. Esa es la forma de escribir o presentar las cosas con seriedad y sin adornos ni gaitas, las cosas como son.
Muchas gracias Arancha, te felicito por tu forma de trabajar y de ser realista.
Un abrazo
Arsenio Fernández
Lo que está muy claro es que mientras haya mundo, habrá buena gente y alguna menos buena, y eso hay que admitirlo, aunque algunos interpreten las cosas de otra forma.
Yo escribo con la mejor intención del mundo y como se expresarme, y sin ánimos de despreciar a nadie y mucho menos de de discrepar. Es normal que haya diversas opiniones. Cada uno es libre de pensar como quiera. Otra cosa es saber valorar las cosas como son, porque todos nos podemos equivocar.
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