Hace poco tiempo me contaba un viejo amigo Mino el albañil, que vino a hacerme una pequeña obra y que por haber trabajado varias veces en mi finca, había visto como yo trabajaba en algunas de mis maquinas, me dijo: los hay que no se creen nilo que esta biendo.
.-El, sábado después de terminar en la obra en un pueblo cercano, fui al bar a tomar un vino. Me dijeron que se comentaba mucho de cómo trabajas con esas manos de acero. Dicen que hace toda clase de trabajos y hasta maquinas. ¿Cómo pude ser posible que trabaje eso que dicen si no tiene manos? Eso es imposible yo no lo puedo comprender, ni creer, pienso que la gente es muy exagerada, decía uno. ¿Puedes explicarnos algo, tú que vives cerca?
Sí que puedo explicaros como es ese hombre, un águila, un artista que no se le pone nada por delante. No solo hace de todo, es que además es inventor, escritor, se le da todo. Nosotros con manos a su lado somos unos inútiles y tú no lo puedes creer. Vete a mirarlo no te va a cobrar nada y así te convencerás de la verdad.
Por mucho que les explico no se lo creyeron La sorpresa de este hombre fue que el mismo que le preguntaba se negaba a creerlo que le explicaba, apostando que no podía ser cierto. El albañil le preguntó:
-¿Tú tampoco crees que conduzca el coche o el camión?
-Sí, eso es verdad porque yo le he visto, pero .el otro es mentira, ¿cómo va a poder hacer una maquina y encima dices que él las inventa? ¿Es imposible, si siempre fue minero, donde aprendió a ser inventor?
-¿Que donde aprendía a ser inventor? En ningunas parte, no le hace falta, el nació con esa inteligencia que ni tu ni yo conocemos. Hay hombres superdotados y él es uno de esos que no tiene fronteras, hace lo que ve o lo inventa y no hay quien lo mueva.
-Imposible es panti y alguno más que estáis como un venado. No miráis la televisión, ni leéis el periódico, ni tampoco creéis a los demás. Hasta negáis lo que todo el mundo conoce, pues acaba de salir en la tele y en otros medios informativos como la Nueva España. No hace mucho tiempo le llamaron Radio Nacional, donde dio una charla ¿tampoco lo oísteis? Desde luego, a ti a mí no nos llaman porque no sabemos hacer nada, así que no te extrañe.
Tan mal me pareció dijo: el Albañil, que me dijera que era mentira lo que yo vi multitud de veces, que me enfade y no termine de tomarme el vaso de vino que pedí, lo pague y marche sin decirles ni adiós.
Me dijo lamentándose que cómo podía haber gente tan rustica y dura de mollera, incapaz de creer lo que él mismo les decía, que era cierto, porque él lo había visto en el tajo. Siempre se había interesado por mis trabajos y hasta paso largo tiempo viendo cómo trabajaba, les dijo, pero ni eso les valió.
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