Aquel vigilante, además de ser mal pagador, no tenia compasión de nadie, no savia o no quería valorar las cosas ni los trabajos, era como un burro, le gustaba explotar y reventar a la gente.
A los pocos días de trabajar en aquel mal punto de la mina, viendo que le resolvía bien el trabajo, mientras el trenista recorría el trayecto de ida y vuelta, me destinó a picar carbón a una “llave” (es un macizo de carbón) que se dejar para tener por la mina y que se saca después de abandonar esta. En este caso era muy mala por lo ancho, colgado y falso de la rampla con una potencia de tres metros, “altura de techo a muro”. En todos estos lugares era muy peligroso sacar el carbón, ya que la mina se iba hundiendo y por todos los lados había peñones con grietas que pueden caer sin avisar. Era un lugar malísimo para un buen picador veterano; lo que supone mucho más peligro para un joven sin experiencia.
Era casi como un suicidio obedecer las ordenes de aquel hombre, al destinarme solo a un trabajo de esta envergadura y tgaan peligroso. No había nadie en una mina parada, si me pasaba algo, ¿quién me auxiliaría? Cuando llegaba el trenista a la galería, tocaba en la tubería para que bajase a cargar el tren, pero no sabía lo lejos que estaba ni el peligro que había. Bajaba, cargábamos y de nuevo a picar en solitario a la Rampla del medio, que ya llevaba mucho tiempo parada, y que estaba prácticamente hundida por la mayoría de las partes.
Hoy es imposible comprender aquella esclavitud. Desde luego que a través de todos los tiempos hubo gente buena y mala. Los hubo que trataron muy mal a los trabajadores. Algún vigilante hasta “potelaba” a tiro de su pistola “El potel” consistía en hacer una marca en la mamposta del testero para saber lo que se avanzaba el picador y pagarles, ya que los picadores trabajan a contrata por metros de avance.
El hombre serio siempre paga lo estipulado y no permite robar los dechos de un trabador, porque el sistema de aquel era eso “robar”. Todo el personal pensábamos de estos mal pagadores que eran así por el miedo a su jefe, aunque algunos querían sacar el carbón a cuenta del esclavo. Les llamábamos un “gallina”explotador y sin conocimientos normales. Si otros pagaban ¿por qué ellos no?
Yo quería aprender, quería ser picador, y sin darme cuenta, mi afición me llevo a trabajar en un peligro excepcional, aparte de trabajar demasiado. El manejar aquellas piezas de madera para postiar tan pesadas. En una rampla donde hay más gente nos ayudamos unos a otros, allí no había ayuda de nadie lo hacía como podía. La ignorancia de un joven muchas veces es la que te lleva a sufrir un accidente y algunas veces hasta la muerte, yo cerca la tuve varias veces, unas por los peligros de la misma mina y otras por negligencia del joven que no sabe lo suficiente y por el mal vigilante que lo mandaba.
En aquel trabajo tan malísimo, tuve suerte, nada malo me pasó, aunque reventado de trabajo y arto de tanto polvo lo soporte. A pesar de pelear con aquellas piezas de cuatro metros, conseguí terminar la obra y seguir con otra. Cuando me destinó a este doble trabajo dijo que lo pagaría en horas. Fue tan miserable como mal pagador, no me pagó ni las horas extras que me pasaba cargando trenes, ni tampoco la diferencia por hacer de picador, ni siquiera pago las extras de aquel día de 24 horas de trabajo y sin comer. La pregunta es, ¿cómo se pude ser tan infame con un semejante?
Este explotador vivió cuarenta años mas desde aquellas fechas, porque nunca dio ni golpe, solo esclavizar a los mineros, no figuro su nombre porque no merece la pena. De ser como él, merecía recordarle lo mal que lo hizo y con educación decirle la cantidad de dinero que no me pagó, y preguntarle que ganó con no pagar a la gente, ¿por qué fue tan tirano y sin vergüenza? ¿No te avergüenzas de tu forma de ser?
Tampoco me informo de cómo debí colocar la dinamita que a punto estuvo de liquidarme. Fue un hombre poco inteligente y avasallador del trabajador. Por circunstancias de la vida tuve que tratar con un hijo suyo que trabajaba en una entidad oficial. Este hombre siempre me trato muy bien, al revés de su padre. Nuca le dije nada de lo usurero y mala persona que fue su padre, porque él no tuvo ninguna culpa y además con agua pasada no muele el molino. Se trata de mostrar lo mal que lo pasamos y la maldad de alguno más torpe que un pollino.
Deja una respuesta