Esta máquina fue un éxito por su capacidad de trabajo, fácil manejo y sus diversas aplicaciones, aparte de su gran solidez y fortaleza. Su primer trabajo fue en los taludes de la carretera de Cangas de Onís a Panes, en la zona de Corao. Restauramos unos taludes con una pendiente de sesenta grados, sobre roca. Fue nuestro primer éxito.
De este trabajo hice un folleto informativo para las empresas. Conservo este folleto como pieza de museo por reflejar la primera obra realizada con esta máquina y por haber salido tan bien, pese a la dificultad del terreno. Siempre ha sido mi costumbre hacer las cosas bien.
Aunque este folleto resultó caro, fue muy interesante y valorado para mucha gente. Refleja distintas obras que consistieron en cubrir con césped hasta las mismas rocas a base de investigar y hacer pruebas hasta conseguir los resultados que esperábamos.
Se cubrieron con césped toda clase de terrenos, zaorras del ferrocarril y grandes rocas. Después de aquellos trabajos pasamos a trabajar en obras por Asturias y León, en taludes, carreteras, puertos de alta montaña y minas a cielo abierto. Donde más trabajamos, como era natural, fue en la zona del Nalón, Caudal y Aller, para las empresas de Ensidesa, Hunosa, Feve, Renfe, y otras empresas con minas de menos envergadura. También en el Monte Lumajo, en la Central Eléctrica de Rioscuro, en Villablino y en Cistierna, León.
Deja una respuesta