Reportaje del Sr. Soriano y su esposa
El día 23 de Febrero del 2018, el Sr. D. Tino Soriano y su esposa Ana, hicieron un reportaje de mi historia para presentarlo a diversos medios que pudieran estar interesados en darla a conocer. Se trata, sobre todo, de ayudar a infinidad de personas que, por diferentes circunstancias, estén atravesando un momento difícil en su vida (no necesariamente una amputación) y necesiten conocer un ejemplo de cómo se pueden superar las duras adversidades que la vida nos presenta en muchas ocasiones. Tino Soriano, ha trabajado en multitud de ocasiones para National Geographic, Empresa especializada en Ciencia, Naturaleza y viajes entre otras cosas importantes y de prestigio Internacional y ha escrito varios libros, siendo premiado por su trabajo en diversas ocasiones. Su visita ha sido muy importante por dos razones:
Una, para mostrarles cómo se puede trabajar sin manos y que mi historia sea conocida fuera de nuestras fronteras, pudiendo ser un ejemplo de superación para todas aquellas personas que lo necesiten.
Otra, porque mi ferviente deseo sería el poder editar mi autobiografía, ya que la inmensa mayoría de gente mayor, no tiene ordenador para entrar en mi blog y poder leer mis artículos. Me piden que lo edite porque quieren leer mi historia, la que ellos mismos conocieron y sufrieron conmigo, en aquel tiempo de tanta desgracia.
Yo desafortunadamente, no puedo editarlo porque económicamente es inviable y además lo mío siempre fue trabajar.
Aunque después de jubilado escribí algunos libros, nunca pensé en editarlos, ya que mi intención era escribir para dejar constancia a las generaciones venideras de mi familia de la tremenda lucha que fue mi vida y para que no se olviden de donde vienen y aprendan a luchar para combatir los inconvenientes que la vida nos presenta en muchas ocasiones.
No escribo para ganar dinero, pero tampoco para perderlo. Solo se trata de ayudar a personas necesitadas que no conocen mi forma de trabajar sin manos, lo que ellos podrían hacer después de ser rehabilitados.
Es lamentable que en el siglo XXI, la sociedad deje arrinconadas a personas, que podrían ser rehabilitadas para que regresen a su estado normal en la vida y puedan trabajar lo mismo que trabajé yo toda mi vida. Aunque en circunstancias normales, no nos damos ni cuenta, el volver a ser “uno más”, para una persona con una amputación, podría ser como volver a vivir de nuevo, una nueva vida.
Está bien claro que lo difícil fue el empezar de cero, pero hoy, en mi entorno, ya son conocidas tanto mi forma de trabajar, como mis prótesis. Estas son la milagrosa herramienta que nos ayuda a los que perdimos las manos a volver a tener una nueva vida. Ahora estamos luchando para, como ya comenté antes, superar fronteras y dar la posibilidad a cualquier persona del mundo, de volver a tener esperanza e ilusión para seguir adelante.
Un gran ejemplo es lo que cambió la vida del Sr. Magallares, después de fabricarle unas prótesis a su medida. Al final de este artículo añado su comentario, que demuestra que una buena rehabilitación de las personas que sufren una amputación, es de vital importancia.
Yo desinteresadamente podría colaborar en la rehabilitación de algunas personas que lo necesitaran, tal y como lo hice en mis años de juventud, bajo la dirección del Dr. D. Francisco López de La Garma, Director de la Clínica Nacional del trabajo en Madrid. Un gran médico que ayudó a mucha gente y que fue el promotor de este tipo de rehabilitación en aquellos tiempos. Un Maestro que me enseñó y me ayudó a cambiar mi destino, consiguiendo mi regreso a la vida normal.
Con su gran corazón y su gran profesionalidad de hombre noble, me sacó del abismo donde me encontraba, aturdido y sin ver la salida a mi grave problema. Su ayuda fue decisiva para el resto de mi vida. Primero me enseñó a manejar unas prótesis y después quiso que yo fuera su discípulo, para enseñar al resto de amputados, lo que hicimos juntos hasta su falta. A partir de aquel tiempo todo se queda en el olvido y la gente se quedó sin medios, ni conocimientos para conseguirlo.
No quiero pensar lo que hubiera sido mi vida sin la ayuda de aquel gran médico. Seguramente no hubiera podido con tanto sufrimiento y mi vida seguiría como perdida en el abismo o ya ni existiría. Por eso nunca me cansaré de proclamar a los cuatro vientos que la ayuda de unas personas a otras es indispensable. Todos necesitamos unos de otros, si no es primero, será más tarde. Así es el mundo y así hay que entenderlo.
El Dr. D. Francisco López de La Garma, su recuerdo y su incalculable ayuda, siempre permanecerán en mi mente. Con su entrega a la profesión, aquel gran Doctor, consiguió que volviera a lucir el sol para mí.
Dentro de las mil y una cosas que nunca olvidaré, recuerdo cuando una mañana nos encontrábamos todos en rehabilitación y dijo: “Tenía que llegar a esta casa Arsenio, que es un trabajador incansable, además de un manitas, para revolucionar su vida y también la vuestra, con sus inventos que ha de conseguir. Él es quien mejor conoce las necesidades de un amputado”. “Los que tenemos manos, las desconocemos. Hasta la fecha, es el único que sabe manejar todos estos complicados trabajos, por eso lo pondré a enseñaros a todos ¡A él no podréis decirle que no se puede hacer!
Por ese motivo nunca me olvidé, de enseñar y ayudar a mucha gente, como si fuera un homenaje a aquel gran maestro. Me dí cuenta de que todo esto debe seguir de generación en generación, para que no se pierda en el abismo. Unos con más arte y otros con lo que puedan, pero siempre ayudando a sus semejantes. Es mi deseo que la literatura de mi blog, siga enseñando y transmitiendo esa experiencia que tan necesaria es, cuando yo ya no pueda.
Me alegraría mucho que los descendientes del Dr. D. Francisco López de la Garma, conocieran esta pequeña historia que acabo de relatar, para que tuvieran constancia del bien que aquel gran doctor nos hizo y que permanecerá siempre en nuestras memorias.
Un saludo
Arsenio Fernández
Comentario del Sr. José Luis Magallares Guzmán, de Madrid.
José Luis Magallares Guzmán 6 aprobados gorrufa@gmail.com 2.153.227.37 |
JOSE CABRERA se llamaba aquel hombre sin brazos, carbonizados por quemadura eléctrica de alta tensión, gangrenados al instante. Lo conocí en el año 1991 a través del hospital “la paz” en Madrid. ¿Quién fue el lumbreras o la lumbreras que decidió aquel encuentro? nuestra presentación y conversación fue terrible y más allá, pues tan severa limitación me hundió -aún más- en depresión y aquello machacó a mis abatidos padres. Si tras mi accidente hubiese entrado en la habitación del hospital el mismísimo Arsenio Fernández García, doy fe que su presencia hubiese eclipsado al mismísimo Jesucristo en caso de que dios exista, cosa que dudo seriamente. Sin embargo quien sí que existe es Arsenio. Un héroe. Una consolación ejemplar y ejemplarizante. Guía definitivo de lo que puede o no puede hacerse sin manos, a quien por casualidad o causalidad conocimos con 25 años de retraso, imposibles de recuperar. Esta es la realidad. ¿QUÉ HABRÁ SIDO DEL SEÑOR JOSE CABRERA? EN EL BUSCADOR GOOGLE NO APARECE RASTRO. |
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