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      El primer día que baje a Sotrondio con mis nuevas prótesis

A mi regreso de la Clínica ya con mis nuevos aparatos, y después de pasar dos o tres días, bajé a visitar a D. Elviro Martínez, Alcalde, y darle las gracias. Me sentía muy agradecido con él. Alejandro seguía en la Clínica, por no haber terminado su rehabilitación.

Le mostré mis nuevos aparatos que sustituían a mis manos de una forma muy parcial, ya que  hacia con ellos lo que podía porque era muy nuevo con ellos y todo eso de trabajar, fue a base de largo tiempo. Le expliqué cómo funcionaban. Los miraba como todo el mundo y con asombro. Nadie los conocía y llaman la atención. Le conté cómo había sido todo el proceso de rehabilitación. Charlamos un buen rato y me dijo que estábamos de enhorabuena, que La Empresa Duro Felguera nos trasladaría a trabajar a las oficinas del Grupo. Ya había estado con la Dirección y todo estaba a punto. De nuevo le di las gracias y nos despedimos. Salí de allí muy agradecido viendo que aquel buen hombre no se olvidó de nosotros, que a pesar de estar lejos siguió trabajando para ayudarnos para conseguir lo que tan importante es para todos, el trabajo. Pero más aun para nuestro caso, al no poder regresar a nuestro trabajo de mineros.

Aquel día me acompañó un familiar. Aprovechamos para dar una vuelta por Sotrondio y tomar unos culetes de sidra. Hacía largo tiempo de que no estaba por aquí, era mi primera salida después del accidente y por mi tierra.

Sería un día histórico para mí, comenzaba una nueva vida y que iba ser ya mismo muy dura. Pues el primer problema iba ser al momento: no podía tomarme la sidra. El vaso no  aguantaba la presión de mis aparatos y se rompió al cogerlo. La gente quería darme de beber. Yo quería aprender, tenía que investigar la forma de beber sin romper el vaso y perder la sidra. Cuantos más cogía mas se rompían. El dueño del bar no quería cobrármelos, yo no podía tolerar dejarle sin ellos, lo pasé fatal. Cambié de postura, procuré cogerlos con las dos prótesis a la vez, y un poco mejoró la cuestión, pero cada poco otro al suelo. Fue demasiado, no sabía qué iba hacer.

Ese problema que desconocía, agudizo a partir de ese mismo instante mi lucha para comenzar a pensar noche y día cómo me las iba arreglar para construir otro modelo que me permitiera no solo beber sino trabajar. Los que me pusieron en la Clínica eran de Aluminio y se rompieron muchas veces, solo servían para defenderse de una manera muy precaria, aparte de su triste figura, que bien claro se veía que la genta al verlos sufrían en cantidad. No podemos olvidar que al ser de un metal las cosas resbalan. Todo te cae y te sientes desolado. Tenía que hacer algo que con una materia noble  que pudiera manejar los objetos sin salir disparados. Fue esta necesidad la que me empujaría al diseño y a la invención con más fuerza y nuca se alejaría de mi mente. Creo que fue motivo de un desarrollo de mi inteligencia, casi atrofiada. Primero por el trabajo y la baja formación que tuve y después por el sufrimiento al perder las manos y después por comprobar que aquellos aparatos no eran lo suficiente para defenderme en la vida. Trabaje sin descanso para conseguir lo que me llevaría a poder defenderme y a ser un hombre libre, ya que en aquella situación me sentía como atado de pies y manos, bloqueado y sin poder hacer casi nada más que comer.

Seguida mente tuve que hacer prácticas entrenándome para trabajar hasta el ocho de agosto cuando comencé a trabajar en las Oficinas del Grupo San Mamés, situadas a lado del Pozo donde trabajé desde niño. Este Pozo tenía una plantilla de mil quinientos cincuenta productores más las minas de monte de la Sección de San Mamés hasta el séptimo piso, Pozo Cerezal y las minas de monte de la sección de Santa Bárbara hasta el noveno piso. La sección de minas de monte de Váldelospozos situada la primera boca de mina en Blinea y el resto por los pisos de la montaña. Más el exterior del Grupo donde trabajaban cuatrocientas cincuenta personas. Entre estas un grupo de unas sesenta mujeres, llamadas carboneras. Había dos ingenieros que mandan todas estas explotaciones con base en las oficinas centrales de este grupo minero. Que fue muy importante ya que hubo unos cuantos años donde había trabajo para todos y una buena economía donde la gente ganaba buenos sueldos, lo que nos saco de aquellos malos tiempos de la posguerra donde las pasamos muy mal. 

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